Después de tres semanas de violentas protestas en las ciudades más importantes de Francia, el gobierno de Emmanuel Macron ha anunciado la suspensión por seis meses más de la controvertida alza de los impuestos a los combustibles cuya aplicación iniciaría el primero de enero de 2019.
El primer ministro Edouard Philippe manifestó en una conferencia de prensa que la molestia del ‘pueblo’ debe ser escuchada, por lo cual las medidas no entrarán en vigor hasta que sean ampliamente discutidas con todos los sectores sociales. Además, se suspenderán el alza en los precios del gas y la electricidad.
Se anunció también que durante esos seis meses se estudiarán otras medidas que pudieran ser implementadas para limitar el impacto de unos carburantes más caros.
Con la medida el presidente francés espera calmar las ansias de los manifestantes menos radicales, pues considera que el movimiento ha estado permeado por interés político de la extrema derecha y de la izquierda parlamentaria. Cabe mencionar que es el momento más crítico y con menor popularidad del presidente elegido en 2017.
Según el ministro de finanzas Bruno Le Maire, las medidas podrían obligar al gobierno a recortar el gasto público en proyectos sociales.
¿Quienes son los Chalecos Amarillos?
Es un movimiento de ciudadanos organizados hace menos de un mes para protestar en contra del alza de los impuestos a la gasolina (6.5 centavos por galón en diesel y 2.9 en gasolina común), que afectaría principalmente a los habitantes provinciales quienes tienen menor acceso al servicio público, aumentando significativamente el costo de vida. El precio del diesel, el más usado en Francia, ya había aumentado un 23% en los últimos 12 meses.
Sin embargo, el movimiento terminó ampliándose a casi todos los sectores de clases medias y bajas de todas las regiones del país, paulatinamente incrementando sus reclamaciones al gobierno de Macron, quien llegó al gobierno con un paquete de medidas de liberalización del mercado laboral y privatizaciones que, según el presidente, beneficiarían a la gran mayoría de franceses, algo debatido por este movimiento quienes consideran que los mayores beneficios los está reteniendo el 1% más rico de la sociedad.
Según ellos, cada vez es más difícil para un hogar humilde tener un nivel de vida estable debido al paulatino incremento en los costos de vida desde la llegada del gobierno de Macron. Según este, el incremento en los precios de los combustibles son necesarios para obtener la financiación para proyectos de energía sustentable que pudieran reemplazar los combustibles fósiles en el futuro.